HISTORIA DE HONDA EN LA F1 (PARTE I): CAZADORES DE SUEÑOS
"Desde mi niñez, mi sueño era ser campeón de un mundial de automovilismo con un vehículo fabricado por mí mismo"
Soichiro Honda
A principios de los 60, Honda era todavía un pequeño fabricante en la automoción. Que diera el salto a la Fórmula 1 era algo impensable. Y, aun así, en mayo de 1962 Hideo Sugiura, jefe de calidad de la factoría de Saitama, recibía el siguiente mensaje de Yoshihito Kudo, director del centro de investigación: “Vamos a competir en F1. Quiero que supervises el proyecto”. Sugiura le pidió que elaborara un poco más porque no sabía lo que era la F1, a lo que Kudo repuso: “Yo tampoco, pero no importa. Todo el mundo es novato al principio”.
Era un salto al vacío y casi a ciegas. La poca información de que disponían procedía de un bólido británico, el Cooper Climax, que había caído en manos del centro de investigación unos meses atrás. El equipo de I+D, creado ex profeso para este nuevo y apasionante proyecto, era reducido: unos pocos ingenieros repescados del ámbito del motociclismo, algunos más experimentados que hubo que contratar y el propio Soichiro Honda a la cabeza. El objetivo: fabricar un motor con una potencia de 270 caballos, la necesaria para ganar.